Brújula
Alquimia para el Siglo 21

Primero abordaré un poco qué es la alquimia, de dónde viene y algunos postulados que me han parecido interesantes. Y después, compartiré mi visión y experiencia de cómo se vive la alquimia aquí y ahora. Debo aclarar que intentaré compartir esta información de la manera más entendible que me sea posible, pero que definitivamente cada tema mencionado, da para cientos de horas de charla. En futuros episodios iré clarificando más sobre lo que charlaremos hoy…
Entremos en tema pues…
La alquimia es una disciplina filosófica, que amalgama ejes como la química, física, medicina, metalurgia, semiótica, el mundo místico, el espiritual, y por supuesto, la astrología, que rige una gran parte de este arte ya que el ser humano antiguo buscaba una correlación entre los asuntos de la tierra y los del cielo, y entendió así, que existían ciclos lunares y que dichos ciclos estaban estrechamente relacionados con las cosechas y otros fenómenos naturales. La alquimia fue originalmente considerada como una ciencia y ahora prefieren nombrarla “protociencia” (osea, no comprobable por el método científico)… El término realmente no me resulta importante, al final todo depende del ojo con que se mira, así que…continuemos.
La alquimia se ha practicado desde hace más de 2,500 años y se sabe que sus orígenes provienen de Egipto. La palabra misma viene del árabe : al-khīmiyā de donde surgió también la palabra “química”. Este término árabe probablemente provenga del vocablo griego khumeia (“verter juntos”, “soldar” o “alear”) o del persa kimia (“oro”). Aunque también puede venir de Al-Khem (nombre que tenía Egipto en eras pasadas). Osea, el arte de Egipto.
Se dice que el conocimiento alquímico fue presentado por el dios Thot, el guardián del conocimiento, el bibliotecario de los mundos, el amo de las palabras. Entendamos que los egipcios veían a sus dioses como seres elementales que pertenecían a la naturaleza y más bien representaban arquetipos o fuerzas naturales. Ahora, para los griegos este arquetipo era representado por el dios Hérmes, quien era el mensajero de los dioses, el que poseía todo el conocimiento disponible y que podía ingresar a todos los reinos, bien podría pasar la mañana en el Olimpo y tomar el té de las 5pm en el Inframundo, todo esto, sin ser dañado ni aprisionado. Lo que para mí representa los alcances del intelecto. Por eso se le conoce como filosofía hermética, ciencias herméticas o conocimiento hermético… este término también acuñado, pues es un conocimiento encriptado que no será evidente para todo espectador.
Paracelso fue quien recobró gran parte de este conocimiento y después de él han habido diversas figuras cuyo trabajo ha sido destacado en el rubro.
Algo que no se ha entendido muy bien, o ha sido quizá confusa la información…es que el concepto de la piedra filosofal o que la transmutación del plomo en oro, son conceptos literales. En realidad, son trabajos espirituales cuyo resultado es transpersonal, es decir, va más allá de la persona física y sus procesos palpables. Por ejemplo, en el libro La Gran Obra de Grillot de Givry, nos explica claramente cómo se realiza la preparación para “la gran obra” o la piedra filosofal… y ese trabajo implica recolectar ciertos elementos que se conectarán directamente con el estado de consciencia que tenga quien lo ejecuta. Se requieren procesos meditativos, trabajo con los elementos físicos y simbólicos… es necesario que durante el proceso se transmuten los elementos y la persona, sino, quedará una gran cantidad de sales infectas (a las que podríamos entender como: pensamientos limitantes).
La alquimia implica entrar en profundidades del ser y del inconsciente colectivo o los egregores que predominan en un contexto definido.
Citaré un fragmento de este bellísimo libro, La gran Obra de Givry… “ Por encima de nosotros, en las esferas eternas de las que emanan la luz y la vida, reina el misterio insondable y espléndido del Absoluto. Desconocido y tenebroso para los que no poseen la ciencia, es un velo que oculta la causa primera y que se alza ante los iniciados.”
Entendamos que se trata de un trabajo de reconexión con el absoluto, el todo, el uno, la divinidad o como sea que le identifiques… La alquimia es la comprensión a través de la contemplación de la naturaleza.
En esta disciplina se integra el hecho de que se trabaja de adentro hacia afuera y hay un entendimiento de el impacto que tiene nuestro propio concepto del ser. Dice por ahí el Kybalion “Como es arriba, es abajo y como es abajo es arriba. Y eso es necesario para que se hagan los milagros del uno”. Lo mencioné en el episodio pasado, pero lo reitero… El arriba se refiere al espíritu, el abajo se refiere a la materia.
Cuando hablamos de la transmutación del plomo en oro, el oro representa el alma en su estado original y sano, entendiendo entonces, que todos somos oro, todos somos perfectos como somos, solo que lo olvidamos y enterramos ese saber bajo capas y capas de plomo (algo no puro, enfermo, que genera malestar y vela nuestra verdadera naturaleza).
La alquimia es pues el arte que ayuda a todo ser a cumplir con su vocación (su llamado, su propósito, su naturaleza).
Se dice que la alquimia aparece en tiempos de heterodoxia, osea, cuando hay disconformidad sobre los paradigmas predominantes y las tradiciones que conlleva. Esto simboliza un momento de disolución … y yo creo que la alquimia ayuda a que el ciclo de coagulación comience. Solve et coagula… Disuelve y coagula… son los procesos más básicos de todo proceso de transmutación y transformación.
Existen muchos hermetistas reconocidos… por ejemplo Epicteto, Plotino, Henry Cornelius Agripa, Jámblico, Roger Bacon, Alberto Magno, Tomás de Aquino, Fulcanelli, Isaac Newton, Nicholás Flamel (que sí, sí existió, no nació por el mundo fantástico de Harry Potter)… También hay personalidades más contemporáneas como… Paul Foster Case, Eliphas Levi, Alister Crowley, Alan Watts, Yabir Abu Omar (quien fue maestro de mi maestro…dicho sea de paso).
Y por supuesto también hay sin fin de obras valiosísimas que como hermetista no puedes ignorar… La tabla esmeralda, El Corpus Herméticum, El Kybalion (aunque este genera debate), Filosofía Oculta, Las moradas filosofales y uno de mis favoritos… El filósofo autodidacta… Un libro que me costó mucho trabajo comprender e integrar, pero que en su simpleza lleva un contenido rico y vasto sobre cómo conectamos con la espiritualidad y cómo la descubrimos en cada paso que damos.
Ahora… después de esta breve introducción (que créeme, no es ni la punta del iceberg que hay por explorar)… Pero bien, después de lo dicho… ¿todo esto de qué sirve hoy o cómo aplicarlo en el día a día?
La respuesta es muy sencilla… nos sirve para reencontrarnos con nuestro ser original. Eso conlleva a la vivencia de una forma de libertad, a exaltar nuestra fuerza y abrazar aquello que no consideramos perfecto.
Entendamos que la mente racional te hace tener seguridad solo en lo aprendido. El irracional solo lo sabe… Osea, que no requiere validación de ningún tipo y se encuentra pleno en su ser y en su estar.
Vivir la filosofía hermética (o alquímica), tiene mucho que ver con conectar con los ciclos, con mirar hacia adentro antes de juzgar el afuera, es llevar una vida más estoica y armoniosa. Se enfoca mucho en la integración de los arquetipos que nos rodean y que nos conflictúan. Es nuestra capacidad de sostenernos en un estado de no comparación. El roble no se compara con el manzano… cada uno hace lo suyo y lo hace perfecto. El roble no se preocupa si sus ramas crecen demasiado o crecen un poco torcidas… El roble es y da lo mejor de sí, pues le nace… es lo que vino a hacer.
También tiene que ver con una mayor consciencia y modo de acción respecto a las situaciones que nos rodean. ¿Cómo las encaramos? ¿Cómo las gestionamos? ¿Qué herramientas utilizamos para ello?
Como ya lo dije… se trata de reconectarte con tu vocación o propósito de vida. Eso que te mueve y te apasiona sin importar qué. Pues eso, será lo que te haga feliz.
Finalmente, la alquimia es un arte, ciencia y disciplina filosófica que implica un extenuante trabajo espiritual.
Quien tenga ojos, que vea… quien tenga oídos, que escuche…
Definitivamente este camino que he llevado dando terapia alquímica, me ha seguido trayendo más y más conocimiento y también certeza de que muchas personas…no todas…hemos olvidado quiénes somos y para dónde vamos. A través de procesos de acompañamiento alquímico, se logra reconectar con la esencia.
Si te interesa iniciar un proceso de acompañamiento, contáctame en www.soyhermetika.com
Cierro con una frase alquímica mencionada en diversas obras… Aurum nostrum non est aurum vulgi… “nuestro oro no es el oro del pueblo”…
¡Hasta la próxima!