Terapia

Amor consumado y propio

Hoy haremos un breve especial del día del amor y la amistad. Primero me gustaría que entendamos una de las raíces de esta celebración, que es la fiesta romana de los Lupercales o Lupercalia (que significa lobo… en honor a los fundadores de la antigua Roma…Rómulo y Remo).

Esta antigua celebración tiene sus orígenes en el culto a los dioses romanos, y durante esta celebración se realizaban rituales para asegurar la prosperidad y la fecundidad. Se le rendía tributo a Fauno Luperco para pedirle se protegiera a su pueblo. A través de los siglos, las características originales de la fiesta evolucionaron para dar lugar al concepto moderno del amor romántico. En este momento, Lupercalia es un símbolo de amor y romance, como carnaval y San Valentín.

Hay otras derivaciones de las que no hablaré ahora, pues me quiero enfocar en dos conceptos. El amor consumado y el amor propio. A través de los años nos hemos comprado la historia o mito del amor romántico, ese que vemos en cualquier película de Hollywood o en cualquier película de Disney. Se nos ha presentado una forma de amor, irreal, y con enfoque en el sufrimiento. “amar duele” y esas cosas…

Lo que hemos visto, leído o escuchado por décadas…sobre el amor, responde a una historia arquetípica del “amante”… Un arco de historia que se repite desde hace años, solo que con diferentes personajes, locaciones e idiomas. Pero el arquetipo de la historia es: persona encuentra a persona, usualmente un encuentro de serendipia, se vinculan, hay conflicto, una crisis masiva, se separan… y por supuesto… finalmente solucionan sus problemas y viven felices para siempre. Es la misma historia una y otra vez. Por ende, hemos entendido que en el amor debe haber dramas, crisis, peleas y reconciliaciones.

Cuando lo que el amor tendría que producirnos además de placer es, armonía. Paz… una sensación de complicidad hacia la otra persona. Acompañamiento sin apegos enfermizos.

Existen varios tipos de amor, y no me refiero a las versiones griegas, philia, eros, pragma, agape, storge o philautia… aunque sí se conectan 2 de esos conceptos.

Hablo de el amor romántico, el amor sociable y el amor consumado… siendo este último aquel con el que deberíamos trabajar. El amor consumado integra la intimidad, la pasión y el compromiso hacia la otra persona, es decir… hay un equilibrio entre estos 3 factores. La intimidad, ese sentimiento de cercanía y conexión entre las personas, la confianza que hay entre ellas, la amistad y el afecto. La pasión, ese energía o llama…la atracción física y el impulso o la necesidad de estar con la otra persona y tener relaciones íntimas. Y el compromiso, esa decisión que las personas toman para estar juntos en la relación, a pesar de los altibajos que puedan surgir en el camino.

El amor consumado reclama un equilibrio entre las partes… no un modelo de saletite, donde una persona gira entorno a la otra (sin identidad propia)… sino que en este modelo de amor, ambas partes se verán beneficiadas por el afecto, el empuje y el apoyo que hay entre ellas.

Así que puede decirse que el amor consumado es aquel que hace mejores a ambas partes, da nutrición y tranquilidad.

Ahora, no podemos hablar de amor consumado, sin mencionar al amor propio… de hecho, ese va primero que nada.

El amor propio es el más valioso, pues es el que te da valor, te ayuda a poner límites, te acepta tal y como eres (con todo y sombras)… Ese amor es el que se preocupa por tu salud mental, te ayuda a soltar aquello que no te hace bien. Te dirige a escuchar a tu niño interior. Es aquel que disfruta de estar solo, sin sentir vacíos que llenar pues se sabe completo. También sabe pedir ayuda cuando es necesario, no tiene orgullo que le estorbe.

Y ese amor está en uno mismo, necesitamos aprender a cultivarlo sin importar los mensajes de nuestro entorno.

Es ponerte tú primero y al mundo después (no en un acto egoísta, sino realista)… si tú no estás bien, no hay forma de que te vincules armoniosamente con otras personas., sean intereses románticos, amigos o familia. Tu relación con otras personas refleja tu relación contigo mismo. Si tú estás bien, tu entorno estará bien.

Cuando se presentan fechas como el día del amor y la amistad, debemos entender la raíz de la celebración y antes de subirse al tren de los corazones, chocolates y cenas costosas, evaluémos realmente la relación misma. La relación contigo mismo y la relación con tu pareja cuando sea el caso.

Así que hoy, lo que sugiero es que te celebres con amor, reflexiones sobre tu valía y te des la oportunidad de amarte tal y como eres, y que te respetes tal y como eres.

Si el egregor (osea el pensamiento colectivo) es amor… practica el amor, disfrútalo, experiméntalo… todos los días, todos los ciclos y con todos los espejos.

El amor propio es la clave para vivir una vida auténtica.

Hasta la próxima