Terapia

El ABC de las emociones

El día de hoy me gustaría hablar de un tema muy sonado en la actualidad, aunque aún no lo terminamos de entender al 100… Las emociones y sus funciones. ¿Por qué digo que aún falta entendimiento? Porque aún no dominamos el arte de gestionar las emociones, en lugar de bloquearlas. Y en muchos casos nos colgamos de una emoción por días, a veces hasta por años… y sabiendo que son aproximadamente 60 segundos lo que dura el efecto fisiológico de la emoción, tendríamos que preguntarnos, por qué nos anclamos a ellas y permitimos que nos ahoguen.

Las emociones son respuestas complejas del cuerpo y la mente a estímulos externos e internos. Son estados mentales y fisiológicos que devienen de un evento, una situación o un pensamiento.

Las emociones pueden incluir sentimientos como la felicidad, la tristeza, el miedo, la ira, la sorpresa, el disgusto y muchas otras sensaciones más complejas que se experimentan como una combinación de estas emociones básicas. Las emociones también pueden manifestarse como cambios en la fisiología corporal, como la frecuencia cardíaca, la respiración, la sudoración y otras respuestas autonómicas.

Las emociones pueden ser influenciadas por factores internos, como la genética, la personalidad y las experiencias pasadas, así como por factores externos, como el ambiente y la interacción social. Las emociones también pueden desempeñar un papel importante en la toma de decisiones y en la comunicación interpersonal, ya que a menudo se expresan a través del lenguaje corporal y verbal.

Existen muchas formas de categorizar las emociones, pero una posible clasificación es la siguiente:

Emociones básicas: Estas son emociones universales que se cree que son innatas y que se comparten en todas las culturas. Algunas de las emociones básicas incluyen la alegría, la tristeza, el miedo, la ira, el asco y la sorpresa.

Emociones complejas: Estas emociones son más difíciles de definir y de identificar que las emociones básicas, ya que se componen de varias emociones básicas y pueden variar mucho entre individuos y culturas. Algunas de las emociones complejas incluyen la vergüenza, la culpa, la envidia, la empatía, el orgullo y la nostalgia.

Hablemos ahora un poco sobre la función de cada emoción básica…

LA IRA

La ira es una emoción natural que experimentamos cuando sentimos que nuestras necesidades, deseos o valores importantes han sido amenazados o violados de alguna manera. Esta emoción puede manifestarse en diferentes niveles de intensidad, desde una leve irritación hasta una furia intensa.

Aunque a menudo tiene mala fama y se le considera una emoción negativa, la ira tiene algunas funciones importantes en nuestra vida. Algunas de las funciones de la ira son las siguientes:

Protección: La ira nos ayuda a defendernos cuando nos sentimos amenazados o atacados. La respuesta de ira puede ayudarnos a protegernos y a proteger a las personas y cosas que nos importan.

Comunicación: La ira puede ser una forma de comunicar nuestras necesidades y sentimientos a los demás. A veces, la ira es necesaria para hacernos escuchar y para establecer límites adecuados.

Motivación: La ira puede ser un poderoso motivador para hacer cambios positivos en nuestras vidas. Si nos sentimos frustrados o insatisfechos con una situación, la ira puede motivarnos a tomar medidas para mejorarla.

A pesar de estas funciones positivas, es importante manejar la ira de manera adecuada y constructiva. La ira mal gestionada puede causar daño a nosotros mismos y a los demás, y puede llevar a acciones impulsivas e imprudentes. Por lo tanto, es importante aprender a expresar la ira de una manera saludable y constructiva, utilizando técnicas de comunicación efectiva y resolución de conflictos.

LA ALEGRÍA

La alegría es una emoción positiva que experimentamos cuando percibimos que nuestras necesidades o deseos han sido satisfechos o que hemos alcanzado algún tipo de objetivo o logro. La alegría tiene varias funciones importantes en nuestras vidas, entre ellas:

Bienestar emocional: La alegría nos hace sentir bien emocionalmente, aumentando nuestro bienestar general y reduciendo el estrés y la ansiedad.

Motivación: La alegría puede ser un motivador poderoso para seguir adelante y buscar nuevos objetivos y logros. Cuando experimentamos alegría, nos sentimos más motivados y enérgicos para seguir adelante.

Relaciones sociales: La alegría puede fortalecer las relaciones sociales y mejorar la comunicación. Cuando compartimos la alegría con los demás, nos conectamos emocionalmente y fortalecemos nuestros vínculos con los demás.

Creatividad: La alegría puede aumentar nuestra creatividad y nuestra capacidad para encontrar soluciones innovadoras a los problemas. Cuando estamos en un estado de ánimo positivo, somos más propensos a pensar de manera creativa y a encontrar soluciones innovadoras.

 LA TRISTEZA

La tristeza es una emoción que experimentamos cuando sentimos una pérdida, una separación o un cambio significativo en nuestra vida. Aunque a menudo se la considera una emoción negativa, la tristeza tiene varias funciones importantes en nuestras vidas, entre ellas:

Adaptación: La tristeza nos ayuda a adaptarnos a los cambios y a las pérdidas en nuestras vidas. Al experimentar la tristeza, podemos procesar nuestras emociones y sentimientos de manera que nos permita aceptar y adaptarnos a nuevas circunstancias.

Reflexión: La tristeza nos invita a reflexionar sobre nuestra vida y nuestras relaciones, y nos ayuda a comprender mejor nuestras necesidades, deseos y valores. La tristeza puede ayudarnos a buscar apoyo y orientación, a aprender de nuestras experiencias y a crecer emocionalmente.

Comunicación: La tristeza puede ser una forma de comunicar nuestras necesidades y sentimientos a los demás. Al compartir nuestra tristeza con las personas que nos importan, podemos recibir apoyo emocional y fortalecer nuestras relaciones.

EL ASCO

El asco es una emoción que experimentamos cuando percibimos algo que consideramos repugnante o desagradable. Aunque a menudo se la considera una emoción negativa, el asco tiene varias funciones importantes en nuestras vidas, entre ellas:

Protección: El asco nos protege de sustancias o situaciones que podrían hacernos daño, como alimentos en mal estado o sustancias tóxicas. Al sentir asco, nuestro cuerpo nos indica que algo podría ser peligroso y debemos evitarlo.

Normas sociales: El asco también funciona como una norma social que nos ayuda a mantenernos alejados de comportamientos o situaciones socialmente inapropiadas. Por ejemplo, podemos sentir asco ante la idea de ciertos comportamientos sexuales o de ciertos alimentos que se consideran inapropiados o tabúes en nuestra cultura.

Cambio de hábitos: El asco también puede ayudarnos a cambiar hábitos poco saludables o peligrosos. Si sentimos asco ante la idea de fumar o comer alimentos poco saludables, es posible que sea más fácil evitar esas prácticas y buscar hábitos más saludables.

Es importante recordar que, como con todas las emociones, experimentar asco en exceso o de manera inapropiada puede tener efectos negativos en nuestra vida. Por lo tanto, es importante aprender a manejar el asco de manera saludable y constructiva, y buscar apoyo cuando sea necesario.

LA SORPRESA

La emoción de sorpresa es una respuesta emocional que experimentamos cuando nos encontramos con algo inesperado o nuevo. Aunque a menudo se la considera una emoción neutral, la sorpresa tiene varias funciones importantes en nuestras vidas, entre ellas:

Adaptación: La sorpresa nos ayuda a adaptarnos a situaciones nuevas e inesperadas al obligarnos a prestar atención y a evaluar la situación de manera rápida y efectiva. Esto nos permite responder de manera adecuada y tomar las medidas necesarias para adaptarnos a la nueva situación.

Curiosidad: La sorpresa puede estimular nuestra curiosidad y motivarnos a explorar y descubrir cosas nuevas. Cuando nos encontramos con algo inesperado, es natural querer entenderlo mejor y explorarlo para comprenderlo más a fondo.

Memoria: La sorpresa también puede mejorar nuestra memoria al hacer que la información sea más memorable y fácil de recordar. Cuando experimentamos sorpresa, nuestro cerebro registra la información de manera más profunda y duradera, lo que facilita la retención de esa información.

Placer: La sorpresa también puede ser una fuente de placer y emoción positiva. Cuando nos sorprendemos positivamente, podemos experimentar emociones agradables como la felicidad o la alegría.

Me parece importante mencionar que existen diferencias entre una emoción y un sentimiento.

Aunque estos términos a menudo se utilizan indistintamente, existen algunas diferencias entre ellos.

La emoción se refiere a la respuesta inmediata y física que experimentamos ante un estímulo. Es una respuesta automática del sistema nervioso que puede incluir cambios fisiológicos (como la aceleración del ritmo cardíaco o el aumento de la sudoración), cambios cognitivos (como la atención y la percepción) y cambios comportamentales (como la tendencia a luchar o huir). Las emociones suelen ser breves y específicas, y a menudo están relacionadas con una situación o estímulo particular.

Por otro lado, el sentimiento se refiere a la experiencia subjetiva y cognitiva de la emoción. Es la interpretación que hacemos de la emoción y cómo la experimentamos internamente. Los sentimientos son más duraderos que las emociones y se basan en nuestras experiencias pasadas, nuestra cultura y nuestras creencias personales. Los sentimientos pueden incluir varias emociones y pueden ser más difíciles de identificar y describir que las emociones.

Osea la emoción se refiere a la respuesta física y automática ante un estímulo, mientras que el sentimiento se refiere a la experiencia subjetiva y cognitiva de esa emoción. Ambos conceptos están interrelacionados y son importantes para nuestra comprensión de las emociones y cómo afectan nuestra vida emocional y psicológica.

¿Qué sucede cuando bloqueamos las emociones en lugar de gestionarlas?

Bloquear las emociones puede tener consecuencias negativas para nuestra salud mental y física a largo plazo. Cuando bloqueamos las emociones, estamos suprimiendo una parte importante de nosotros mismos y evitando enfrentar lo que nos está causando malestar. Algunas posibles consecuencias de bloquear las emociones son:

Ansiedad y depresión: Al bloquear las emociones, es posible que experimentemos un aumento de la ansiedad y la depresión. La supresión emocional puede hacernos sentir desconectados de nuestras emociones y de los demás, lo que puede llevar a sentimientos de soledad y aislamiento.

Problemas de salud física: La supresión emocional puede tener un impacto negativo en nuestro cuerpo, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud física, como enfermedades cardíacas, dolores de cabeza, úlceras estomacales y otros problemas de salud.

Problemas en las relaciones interpersonales: La supresión emocional puede hacer que sea más difícil conectarnos con los demás y puede afectar nuestras relaciones interpersonales. Si no somos capaces de expresar nuestras emociones de manera efectiva, es posible que los demás no entiendan nuestras necesidades y que las relaciones se vuelvan tensas o conflictivas.

Dificultades para tomar decisiones: La supresión emocional puede dificultar la toma de decisiones efectivas. Si no estamos conectados con nuestras emociones, es posible que no sepamos lo que realmente queremos o necesitamos, lo que puede hacer que sea difícil tomar decisiones informadas.

Ahora te comparto algunas recomendaciones para gestionar las emociones:

Reconoce tus emociones: Lo primero que debes hacer para gestionar tus emociones es reconocerlas. Trata de identificar qué emoción estás experimentando, cómo te hace sentir y cuál es la causa de esa emoción.

Permítete sentir: No te juzgues por sentir emociones, ya que son una parte natural de la experiencia humana. Permítete sentir tus emociones sin juzgarlas o tratar de suprimirlas.

Comunica tus emociones: Comparte tus emociones con alguien en quien confíes, ya sea un amigo, un familiar o un terapeuta. Hablar sobre tus emociones te ayudará a procesarlas y a encontrar formas de gestionarlas de manera saludable.

Busca apoyo: Si te sientes abrumado por tus emociones, busca apoyo de un profesional de la salud mental. Un terapeuta puede ayudarte a identificar patrones en tus emociones y a desarrollar habilidades para gestionarlas de manera efectiva.

Practica la atención plena: La atención plena es una técnica que puede ayudarte a estar presente en el momento y a aceptar tus emociones sin juzgarlas. La meditación, la respiración consciente y el yoga son algunas formas de practicar la atención plena.

Encuentra actividades que te relajen: Encuentra actividades que te ayuden a relajarte y a reducir el estrés, como caminar, leer, escuchar música o hacer ejercicios de respiración.

Desarrolla habilidades para resolver problemas: Aprende a identificar los problemas que pueden estar causando tus emociones y desarrolla habilidades para resolverlos. A veces, abordar la causa subyacente de una emoción puede ayudarte a gestionarla de manera más efectiva.

Recuerda que la gestión de emociones es un proceso continuo y requiere práctica y paciencia. Cada persona es única, por lo que puede requerir un enfoque personalizado para manejar sus emociones de manera saludable.

Derivado de todo esto, es valioso recomendar tener siempre una red de apoyo emocional, pues trae beneficios para nuestra salud mental y emocional por varias razones:

Ayuda a reducir el estrés: Cuando estamos pasando por momentos difíciles o emociones intensas, tener a alguien en quien confiar y que nos brinde apoyo puede ser muy reconfortante y reducir el nivel de estrés.

Proporciona perspectiva: A veces, cuando estamos lidiando con problemas emocionales, nuestra visión puede verse limitada. Hablar con alguien de confianza puede ayudarnos a obtener una perspectiva diferente y más clara de nuestra situación.

Brinda un espacio seguro para compartir: Es importante tener un espacio seguro para compartir nuestras emociones sin sentirnos juzgados o criticados. Una red de apoyo emocional puede proporcionarnos este espacio y permitirnos expresarnos libremente.

Aumenta la resiliencia: Tener una red de apoyo emocional puede ayudarnos a desarrollar resiliencia emocional. Cuando nos enfrentamos a desafíos emocionales, saber que tenemos a alguien en quien confiar puede ayudarnos a superarlos de manera más efectiva.

Fomenta la autoestima: Sentirse apoyado y comprendido puede aumentar nuestra autoestima y hacernos sentir más seguros de nosotros mismos.

En conclusión, es importante entender que todas las emociones se deben vivir de forma equilibrada, pues experimentarlas en exceso puede tener efectos negativos en nuestra vida. Por lo tanto, es importante aprender a equilibrar cada emoción con las demás y a manejarlas de manera saludable y constructiva.

Por ahí escuché a Tom Hanks decir… Esto también pasará. ¿Te sientes muy triste y desesperanzado? Esto también pasará… ¿Te sientes muy alegre y entusiasmado? Esto también pasará… Justo por eso es que, es vital aprender a vivir las emociones de forma equilibrada, pues de lo contrario puede vivirse como una montaña rusa que no tiene final…

Recuerda…si tú no expresas la emoción, tu cuerpo lo hará por ti.

Hasta la próxima