Brújula
El miedo a lo nuevo

Primero entendamos que el miedo es una de las emociones básicas y se caracteriza por la sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Esta sensación puede llevarnos a la no acción o a huir de una situación específica.
Físicamente puede identificarse porque aumenta el pulso cardíaco y la sudoración, se dilatan las pupilas, y al mismo tiempo que se elevan los niveles de adrenalina en sangre (esa hormona que secreta el cuerpo para controlar dicha sensación).
Como mencioné, se provoca tanto por un peligro real o imaginario y por ahí se dice que el 90% de las cosas a las que tememos, nunca suceden pues estaban en nuestra mente. Somos expertos haciendo escenarios apocalípticos de cualquier situación. Sí, el miedo es una emoción necesaria, pues nos resguarda de riesgos inminentes, el error es anclarnos a él. Un estado sostenido de miedo nos genera ansiedad, y ese nivel de estrés sostenido en el cuerpo, genera desbalance de químicos en nuestro cerebro. Esto no solo se traduce en enfermedades físicas, sino mentales también. La liberación de adrenalina constante es muy dañina para nuestra salud. Cuando nos encontremos en estos estados, lo importante será respirar profundamente y detenernos para observarnos. Intentando equilibrar los 3 cerebros de nuestro cuerpo, el de la cabeza, el del corazón y el del estómago. (Razón, intuición e instinto)
Hay una canción de Pedro Guerra que siempre me ha gustado pues justo dice:
Tienen miedo del amor y no saber amar
Tienen miedo de la sombra y miedo de la luz
Tienen miedo de pedir y miedo de callar
Miedo que da miedo del miedo que da
Osea… le tenemos miedo a todo. ¿Esto es sostenible? No lo creo.
Seamos honestos, la mayoría de las ocasiones no le tenemos miedo a empezar algo nuevo, sino a que nos ocurra lo mismo que nos ocurrió en el pasado.
Esto nos invita a ser nuestros constantes observadores, pues somos responsables de lo que buscamos y lo que decidimos en nuestras vidas, y si no vemos el patrón que estamos realizando, ya sea por lealtad a tu árbol genealógico o por aprendizaje cultural, será muy difícil aceptar que si nos ocurre una situación una y otra vez, es porque nosotros estamos tomando la misma decisión una y otra vez (ya sea con nuestros vínculos afectuosos, trabajo, finanzas)…
Para que exista un verdadero cambio, debe empezar desde adentro…solo así, esto se reflejará en el afuera. Micro cosmos y macro cosmos— Como es arriba es abajo (arriba, el espíritu…abajo, la materia).
No solo se necesita resiliencia, sino valor… no es valiente aquel que no le teme a nada, es valiente aquel que, a pesar de tener miedo, actúa.
Decía Marie Curie… “En la vida no hay cosas que temer, solo hay cosas que comprender”. Nada más real que eso.
Nos preguntamos una y otra vez “por qué me pasa tal o cual cosa”… cuando la pregunta que nos llevará a mejores respuestas es “para qué me pasa esto”. El en para qué, hay claves, pistas, patrones y aprendizajes.
En la mitología romana existe el dios Plutón (equivalente a Hades en la mitología griega)…Ambos son la representación de la muerte. Pero ¿qué es la muerte sino un fin de ciclo? Sin estos fines de ciclo no hay renacer, no hay transformación. Qué es el renacer, sino la apertura de un yo evolucionado y listo para andar por un nuevo sendero.
Recordemos el mito del ave fénix… donde el ave llega a un punto en el cual se incinera para renacer de nuevo de sus cenizas. Nada más transformador que el fuego simbólico. Y usualmente de estos procesos llega una mejor versión de nosotros, con mayor sabiduría y entendimiento.
¿Podemos deshacernos del miedo? No, pero sí podemos dominarlo. Tomar las riendas nosotros para dirigirnos con mayor equilibrio.
Nadie dijo que sería fácil. Dice uno de mis maestros que… El tamaño del dragón es proporcional al tamaño del héroe. El dragón siendo una forma de decirle a “los problemas, los retos o miedos”.
Lo que podemos hacer es observarnos, contemplarnos sin juicios, ser muy objetivos y entender por qué y para qué tenemos miedo a algo nuevo (una nueva relación, una nueva forma de hacer las cosas, un nuevo estilo de vida, una nueva amistad, un nuevo trabajo)…
En el outro de mi podcast menciono que “sin lodo no hay loto”… Osea, sin un elemento incómodo y quizá desagradable como puede ser el lodo, no habría como resultado una bellísima flor, que se da únicamente bajo esas condiciones.
Cruzar la zona de miedo es ir más allá de tu zona de confort, y ahí es donde los verdaderos cambios suceden.
Hoy le temes a algo que no conoces, mañana será una cosa más que ya dominas.
Te invito a que lleves una mejor relación con el miedo, en donde no lo niegas ni lo bloqueas, pero tampoco te anclas a él. Que te sirva él a ti, no tú a él.
Ya me contarás…